Visita al cementerio de Quiruvilca
A unos dos kilómetros del pueblo de Quiruvilca se encuentra una de los lugares más silenciosos de este distrito. Un lugar que fue creciendo como su la misma localidad, desordenado.
Ahí donde las diferencias socio económicas o el aprecio de los deudos aún pueden notarse reflejadas en la calidad o tipo de tumba y hasta en la misma cruz, donde flamean las hojas secas de una corona de papel, que la lluvia y el tiempo han descompuesto.
En aquel lugar, en estos tiempos, son escasas las visitas y los rezos al pie de la tumba. Sólo los viajeros que cruzan el cementerio, se persinan mientras murmuran "líbranos señor del fuego del infierno" para interrumpen la calma de este lugar conocido como "el mundo de los olvidados".
Quiruvilca a la distancia. La carretera reparada por donde - en hombros - son traslados los difuntos.
Cruz colocada a la entrada del cementerio.
La carretera que lleva al Quinual atravieza el cementerio.
Tumbas hechas de material noble al pie de la carretera.
Tumba de un niño al pie del camino. Sobre su tumba sólo se le colocó un tapa de cemento.
Ahí donde las diferencias socio económicas o el aprecio de los deudos aún pueden notarse reflejadas en la calidad o tipo de tumba y hasta en la misma cruz, donde flamean las hojas secas de una corona de papel, que la lluvia y el tiempo han descompuesto.
En aquel lugar, en estos tiempos, son escasas las visitas y los rezos al pie de la tumba. Sólo los viajeros que cruzan el cementerio, se persinan mientras murmuran "líbranos señor del fuego del infierno" para interrumpen la calma de este lugar conocido como "el mundo de los olvidados".
Quiruvilca a la distancia. La carretera reparada por donde - en hombros - son traslados los difuntos.
Cruz colocada a la entrada del cementerio.
La carretera que lleva al Quinual atravieza el cementerio.
Tumbas hechas de material noble al pie de la carretera.
Tumba de un niño al pie del camino. Sobre su tumba sólo se le colocó un tapa de cemento.
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